Deportes en casa: cómo aprovechar los amenities
Sacar el máximo provecho de los espacios recreativos del edificio para ejercitarse permite ahorrar tiempo y ganar constancia.
El comienzo de las clases y la paulatina vuelta a la rutina laboral hacen que marzo sea el mes de los inicios. Retomar el hábito del ejercicio o empezar a entrenar desde cero es posible si se cuenta con espacios recreativos bien equipados y con recursos tecnológicos disponibles.
Saber aprovechar este tipo de amenities ofrece múltiples ventajas: evitar que las inclemencias del tiempo desalienten el compromiso de la práctica; elegir horarios de entrenamiento menos concurridos y organizar la agenda sin depender de terceros. Desde el punto de vista financiero es hacer uso de un servicio que viene incluido en las expensas y que permite obtener un ahorro de aproximadamente 30 mil pesos anuales –multiplicando por 12 cada cuota de 2.500 pesos que se abona por mes en concepto de “pase libre” en cualquiera de los gimnasios básicos de la ciudad de Buenos Aires.
Por otro lado, admitiendo que la modalidad de home office se instaló como norma pero que aun así el tiempo continúa siendo un bien escaso, la posibilidad de practicar una disciplina o deporte entre reuniones de trabajo o exámenes -en el caso de un estudiante- sin moverse del domicilio particular, evita recorrer trayectos largos y gastar tiempo producto de las demoras en el tráfico. De esta manera, el hecho de poder combinar la agenda laboral diaria con la de otras actividades deportivas, sociales y recreativas primero al aire libre y con la aplicación del adecuado protocolo para lugares cerrados después, aumentó el interés por el uso de estos espacios que ofrecen los edificios. Muchas personas supieron ver que, beneficiándose de lo que el complejo habitacional les ofrecía podían continuar realizando las actividades que acostumbraban a hacer en la pre pandemia.
En estos espacios equipados para la actividad física, las prácticas deportivas pueden realizarse de manera individual o grupal teniendo la posibilidad de coordinar días y horarios con familiares, vecinos y amigos del edificio para transformar las rutinas en un punto de encuentro y en un plan divertido. La contratación de un entrenador o instructor de manera colectiva –cuyos honorarios varían entre 800 y 4.000 pesos la hora- conlleva, además, un costo mucho menor por persona a la vez que se obtiene una clase más dinámica, pero de monitoreo personalizado porque los grupos nunca tienen la magnitud de las clases multitudinarias de un gimnasio.
El recurso tecnológico comenzó a ser un aliado indispensable cuando el aislamiento obligatorio iniciado en marzo del 2020 traccionó la demanda de tutoriales y clases on line, de contenidos on demand y de vivos de Instagram o Facebook con rutinas de gimnasia, danza, artes marciales o yoga para aquellas personas que ya venían realizando actividad física y que no querían perder ese hábito. También resulta útil para la organización del uso de esos espacios comunes contar con softwares o plataformas que administran comunidades mediante las cuáles cada vecino puede ingresar con una clave y reservar el día y horario que desea.
“Desde mi propia experiencia, el hecho de que las personas entrenen en los espacios comunes de los edificios hace que haya mayor constancia”, cuenta Manuela Lopez de @entrenamientomix. Sus alumnas son mujeres que, por estar al cuidado de los hijos, de personas mayores o por las responsabilidades de sus trabajos a veces disponen solamente de una hora por día para entrenarse. Sobre las actividades que la personal trainer coordina de manera presencial en edificios destaca las rutinas que puede organizar utilizando las máquinas de los gimnasios: la cinta para entrar en calor, aparatos para hacer rutinas de glúteos, mancuernas con diferentes pesos para trabajar espalda y brazos y elementos como pelotas para corregir la inestabilidad.
Otros expertos sugieren destinar un tiempo no menor a 30 minutos graduando la intensidad de acuerdo a las posibilidades de cada persona y de ser posible bajo la supervisión de un profesional que corrija posturas y que diseñe una rutina especifica acorde al interés de quién la solicite .
Mantener una rutina física es clave para llevar una vida sana y nada mejor que tener la posibilidad de hacerlo en tu propia casa y así sostener la actividad diaria.