Una ruta para disfrutar del Bajo Belgrano

rECORRIENDO NUESTROS BARRIOS

Velvet Sucre

 

Rodeado por los Bosques de Palermo, la cercanía del Río de la Plata y algunos de los clubes más importantes de la ciudad, esta zona del Bajo Belgrano respira aire libre. Delimitado por las calles La Pampa y Monroe, y las avenidas Figueroa Alcorta y Del Libertador, este barrio expone una combinación de residencias históricas y desarrollos actuales. 

Ese fue el barrio elegido por BrodyFriedman para VELVET Sucre (Mariscal José Antonio Sucre 750), un edificio que se desarrolla sobre un terreno de 35 metros de frente con sólo 30 lujosos departamentos que van desde los 200 hasta 450 m2. Llenos de luz y comodidades, cada uno tiene la esencia, el estilo y la privacidad de una casa, lo que brinda un nivel de exclusividad único.

Aquí, una ruta de espacios para descubrir la zona.


 

Narda Comedor
Cocina de estación y un salón contemporáneo y despojado. Con esa fórmula, la conocida chef Narda Lepes abrió en 2017 su restaurante Narda Comedor (Mariscal José Antonio Sucre 664), que dialoga con el entorno a través de un gran ventanal hacia la Plaza Parques Nacionales Argentinos y un techo retráctil. El interiorismo estuvo a cargo de Horacio Gallo, y acompaña la simpleza a la que apunta la cocina: proteína del día, vegetales y frutas de temporada, platos locales con toques caribeños o asiáticos. El restaurante está abierto durante todo el día, con propuestas para cada momento.



Casa Babel

Sala de ensayos, estudio de grabación, espacio para shows de música en vivo y presentaciones de libros, salón para comidas privadas, bar y restaurante a puertas cerradas. Todo eso es Casa Babel (Mendoza 1267), una parada gastronómica y cultural para hacer. Abierto desde hace unos 12 años, fue un pionero en la zona, y es uno de esos lugares que circula de boca en boca. Vale la pena encontrar una excusa para visitar esta antigua casona con enredaderas, guirnaldas de luces, terrazas y pequeños salones repletos de objetos para curiosear.


 La casita de las flores

La pasión por las flores que comparten Fernanda y Margaux, madre e hija, fue el impulso para abrir La casita de las flores (Húsares 2118). El emprendimiento nació durante la pandemia y fue tomando forma hasta convertirse en una tienda en la que cada visitante puede armar su propio ramo, siempre con el asesoramiento de las dueñas. Funciona en una casa típica de la zona, y ya desde la calle se pueden apreciar la cantidad de especies que tienen disponibles. También sumaron un espacio gastronómico –llamado Sablee–, ideal para tomar algo rodeado de colores y perfumes.



Pizza Paradiso
Uno de los platos estrella de Buenos Aires, la pizza, ha tenido en los últimos años una renovación de estilos, masas, productos y propuestas. En ese marco, el chef Donato de Santis abrió Pizza Paradiso (Mariscal José Antonio Sucre 1302), un proyecto de pizza in teglia –alla romana, con masa gruesa y de forma cuadrada– y napolitana, además de ofrecer diferentes platitos (antipasti) para picotear junto a Aperol Spritz. Hay espacio en el salón interno y también mesas en la vereda, perfecta para disfrutar de un almuerzo al sol o del momento del aperitivo.


El sueño del lector

En la Plaza Parques Nacionales Argentinos (Sucre y av. Figueroa Alcorta) una enorme escultura llama la atención. Es “El sueño del lector”, obra del artista Pablo Irrgan, quien ideó esta enorme cabeza humana que se recuesta sobre el césped mientras sueña con las palabras de José Luis Borges y Julio Cortázar. Además de poder apreciar su inmensidad en la plaza, al acercarse se pueden escuchar pequeños fragmentos de los escritores argentinos y disfrutar de su textura cuando se ilumina desde adentro.


La ventana de Willy

Es uno de los secretos mejor guardados del Bajo Belgrano. Por fuera se ve un frente de lajas, bancos de plaza y algunos carteles vintage que anuncian “elaboración de tortas y helado”. La ventana de Willy (av. Jurando 1202) es un emprendimiento familiar que desde hace varias décadas lidera Guillermo Dansey, “Willy”. ¿Qué probar? Las especialidades de la casa: helados artesanales –que sirven en los históricos cucuruchos con espacio para las bochas a los lados– y los alfajores “Chatos”, de masa tipo sablée, rellenos de dulce de leche y con azúcar impalpable por fuera. También hay tortas, para pasar y llevar.



Disfrutando de un picnic sobre el césped, en sus animadas veredas gastronómicas, con una caminata entre tipas y jacarandás o haciendo running por sus tranquilas calles, el Bajo Belgrano da un respiro en la ciudad.



 
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